La mujer, que se expone a ir presa durante 5 años por sus acciones, dijo que entró en pánico cuando vio que los refugiados intentaban saltarse el control policial en Roszke, por lo que reaccionó de una forma “desconocida” para ella. “Sinceramente, lamento mucho lo ocurrido. Estoy en estado de ‘shock’ por lo que pasó y por lo que están haciendo conmigo”, escribió.
Laszlo, a quien en videos tomados ese día se le ve pateando incluso a menores de edad, aseguró que cuando observó las grabaciones se vio “como si no fuera yo”. Esa violencia llevó a que la fiscalía de Hungría le sometiera cargos por vandalismo y en los próximos días pudiera conocerse en qué concluye el proceso judicial en su contra.
Hoy, en su carta, más allá de justificar su “ataque de pánico”, la mujer insistió en que se le comprenda y hasta se le perdone porque “no soy una reportera racista” que merezca “la cacería de brujas” que se ha desatado en su contra.
“Sólo soy una mujer, una madre que quedó desempleada porque en una situación de pánico tomó una decisión equivocada”, concluyó, esperanzada en que su mensaje provoque una ola de compasión hacia ella, algo que a estas alturas no parece ser muy probable.
